Ana María Duarte

No existe una enfermedad que nos coloque en la experiencia de miedo e incertidumbre más profunda que el cáncer, y es que esta enfermedad, propia de nuestra época moderna, nos trae la posibilidad de la muerte y con ella, se abre el portal de los mundos espirituales de donde llegan preguntas trascendentes: ¿Por qué y para qué me dio cáncer?, ¿He hecho algo que haya contribuido a tener esta enfermedad?, ¿Puedo hacer algo más allá de las terapias químicas, radioterapias y cirugías que detengan este tumor? Estas preguntas y sentimientos abren paso a la real dimensión humana, un ser con un propósito de vida que necesita equilibrio anímico y salud física para cumplirlo.

La medicina Antroposófica ofrece un camino que no rechaza los tratamientos antineoplásicos que ofrece la medicina tradicional, sino que amplía el espectro terapéutico ofreciendo fármacos naturales con comprobada capacidad citotóxica, ayudando a mejorar las expectativas de vida, la calidad de vida y reduciendo los efectos indeseables propios de las quimioterapias.

Además, propone un cambio que contempla mejorar todos los aspectos de la vida humana, vale decir:

  • Alimentación sana, conciente y adecuada a las necesidades particulares de cada paciente.
  • Recuperar ritmos de vida saludable.
  • Hábitos sanos.
  • Un encuentro agradecido con la naturaleza.
  • Actividades que llenen de arte y belleza la vida de cada paciente.
  • Terapias de apoyo que permitan reparar las heridas Biográficas y trascendentes manifestadas en el cáncer, de modo de levantar confianza en la vida, gratitud, alegría y solidaridad.

Por último, la medicina Antroposófica entiende el trabajar en el curar el cáncer una verdadera oportunidad de superar el aislamiento en que la sociedad coloca al hombre, alejándolo de lo que acontece para sus otros congéneres, de lo que ocurre en la naturaleza y en la sociedad global.

Dra. Ana María Duarte.

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